lunes, 28 de marzo de 2011

Una vida en "TIT FOR TAT"


La estrategia del “Tit for Tat” es ampliamente conocida en teoría de juegos, especialmente en el dilema del prisionero. El nombre ya es bastante gráfico: “Tit for Tat”, algo así como “toma y daca” o “esto por aquello” pero lo que más me gusta de esta estrategia es que empieza con una buena acción. Si tu estrategia es esa, en un número (definido o no) de rondas, empiezas colaborando y, a continuación, te comportas igual que tu oponente en la ronda anterior. Por tanto, si tu oponente colabora, los dos obtendréis el beneficio de una colaboración. Sin embargo, si éste deserta, le castigas con una represalia equivalente en la ronda siguiente.

Me gusta pensar que es una estrategia válida para la vida. Se trata de dar la oportunidad de una colaboración, básicamente de ser amable. De tender una mano a quien tienes enfrente, especialmente si la relación entre ambos va a ser a largo plazo. Y a la vez, de mantener los pies en la tierra y reaccionar ante una provocación con una represalia justa. Incido en la palabra reaccionar, pues es la consecuencia de una acción previa. Es decir, no se toman represalias de manera gratuita contra alguien que te ha tendido la mano sino contra aquel que se ha portado mal. Él se lo ha buscado.

martes, 15 de marzo de 2011

La decisión que tomas es la correcta


El mero hecho de tomar una decisión la convierte en correcta. Sea lo que sea lo que hagas, las alternativas que no escogiste nunca existirán. No tendrás con qué comparar aunque tu mente se empeñe en hacer preguntas del tipo “¿y si hubiera...?”. Por eso, tu decisión es a la vez la correcta y la errónea, pues es la única que de verdad se materializa.
Cuando tu mente construye realidades alternativas sólo está valorando lo que podría haber ocurrido desde una perspectiva limitada. Simplemente tienes en cuenta los hechos más significativos para ti. Dejando de lado lo desconocido es imposible hacer una estimación realista del escenario, porque ya sabemos que el azar, a parte de influenciar en gran medida la evolución de las cosas, es impredecible.
Es por eso que veo más importante que cada uno sea consecuente con sus decisiones en lugar de pensar a posteriori en lo que podría haber ocurrido de haber tomado otra. Seamos conscientes a priori de qué decisión tomamos y valoremos todas las consecuencias que podamos. Sólo así podremos sentir que hicimos lo correcto incluso cuando obtengamos un resultado negativo o la situación nos devuelva algo inesperado (esto no sabemos si podríamos evitarlo tampoco en escenarios alternativos, por eso es inesperado).


jueves, 3 de marzo de 2011

Una verdad esquiva


La verdad no existe. Y no hablo de que “la única verdad es que todo es mentira” ni tampoco me refiero a que la verdad depende del cristal con que se mira.
Me refiero a que la Verdad, con mayúsculas, no existe. De ella sólo tenemos un concepto inalcanzable, sólo una aproximación, como cuando hablamos del infinito. Encasillamos la verdad dentro de unos límites que nos permiten tomarla como cierta para así poder hablar con normalidad de lo que es verdad y de lo que no lo es, sin embargo, repito, la verdad no existe.