martes, 15 de marzo de 2011

La decisión que tomas es la correcta


El mero hecho de tomar una decisión la convierte en correcta. Sea lo que sea lo que hagas, las alternativas que no escogiste nunca existirán. No tendrás con qué comparar aunque tu mente se empeñe en hacer preguntas del tipo “¿y si hubiera...?”. Por eso, tu decisión es a la vez la correcta y la errónea, pues es la única que de verdad se materializa.
Cuando tu mente construye realidades alternativas sólo está valorando lo que podría haber ocurrido desde una perspectiva limitada. Simplemente tienes en cuenta los hechos más significativos para ti. Dejando de lado lo desconocido es imposible hacer una estimación realista del escenario, porque ya sabemos que el azar, a parte de influenciar en gran medida la evolución de las cosas, es impredecible.
Es por eso que veo más importante que cada uno sea consecuente con sus decisiones en lugar de pensar a posteriori en lo que podría haber ocurrido de haber tomado otra. Seamos conscientes a priori de qué decisión tomamos y valoremos todas las consecuencias que podamos. Sólo así podremos sentir que hicimos lo correcto incluso cuando obtengamos un resultado negativo o la situación nos devuelva algo inesperado (esto no sabemos si podríamos evitarlo tampoco en escenarios alternativos, por eso es inesperado).


3 comentarios:

  1. Es complicado eso de no pensar a posteriori en lo que podría haber ocurrido si hubiéramos tomado otra decisión diferente. De hecho, creo que somos bastante dados precisamente a darle vueltas a eso...

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  2. Es complicado, desde luego. Pero cuando algo sale mal tendemos a pensar que de haber tomado otra decisión las cosas habrían sido mejor. Sin embargo, no tiene porqué. A lo mejor podrían haber surgido incluso peor de lo que realmente ocurrió...pero claro, es difícil pensar así, tal vez porque no estemos cableados para eso, quien sabe.

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  3. Antes de nada me alegra volver a leerte porque a través de estos escritos recuerdo nuestras intensas conversaciones de camino al máster o en la terraza de nuestra casa de 200 metros cuadrados. Bien, estoy totalmente de acuerdo en lo que dices y lo pregono a aquel con el que converso sobre algún "y si...". A veces somos tan idealistas, tan sumamemente ingenuos que nos creemos que nuestra decisión es el único parámetro de una ecuación con infinitas incógnitas. Al determinar realizar algo estás dándole un valor a uno de los muchos parámetros y luego le das a ejecutar y el random externo pone el resto de valores. Sea cual sea la opción escogida, es la correcta o más bien es la real y palpable, lo demás es mera construcción out-parametros de una realidad que no existe.

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